Campanas al vuelo

Llegó el 29 de marzo de 1987, en Roma, en la Basílica de San Pedro, el Obispo de Sigüenza-Guadalajara, D. Jesús Plá Gandía, también en nombre del Arzobispo de Sevilla y del Obispo de Tortosa, hace la petición de proceder a la Beatificación de las Tres Mártires, del Cardenal Spínola y de D. Domingo y Sol.

El Papa Juan Pablo II “Con su Autoridad Apostólica declara que dichos Venerables siervos de Dios de ahora en adelante pueden ser llamados BEATOS y se podrá celebrar su fiesta en los lugares y en el modo establecido por el Derecho… En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.

Las campanas suenan a gloria en San Pedro de Roma, Guadalajara, Tarazona, Mochales, Getafe… y en todos los Carmelos del mundo.

El Santo Padre haciendo referencia a las Tres Beatas Carmelitas dijo: “En la vida y martirio de estas tres carmelitas resaltan hoy ante la Iglesia unos testimonios que debemos aprovechar:

  • El gran valor que tiene el ambiente cristiano de la familia para la formación y maduración de la fe de sus miembros.
  • El tesoro que supone para la Iglesia la vida religiosa contemplativa que se desarrolla en el seguimiento total de Cristo orante y es un signo preclaro del anuncio de la gloria celestial.
  • La herencia que deja a la Iglesia cualquiera de sus hijos que muere por su fe, llevando en sus labios una palabra de perdón y de amor a los que no comprenden y por eso los persiguen.
  • El mensaje de paz y de reconciliación de todo martirio cristiano como semilla de entendimiento mutuo, nunca como siembra de odio ni rencores.
  • Una llamada a la heroicidad constante en la vida cristiana como testimonio valiente de una fe, sin contemporizaciones pusilánimes ni relativismos equívocos”.

Al final el Papa pidió una vida interior profunda en todas las almas consagradas y en todos los apóstoles de la Iglesia.

He aquí querido lector tres almas que supieron vivir con fidelidad la aventura de una entrega:

No jugaron a ser monjas sino que vivieron siéndolo en serio.

No jugaron a ser santas sino que se desvivieron y dieron su sangre por serlo.

ACTUALMENTE

En la actualidad la Comunidad se dedica enteramente a la oración y a las alabanzas de Dios, entregando sus vidas por la Santificación de los sacerdotes y la salvación de las almas a imitación de sus hermanas las Btas. Mª Pilar, Teresa y Mª Ángeles.

Su trabajo de manos consiste en la elaboración y venta del Pan Eucarístico, la confección de toda clase de Escapularios (también para Cofradías) y bordado y confección de ornamentos para la Sta. Misa: Purificadores, Manutergios y Corporales.